El uso del barro o arcilla en forma de mascarilla para el rostro y el cuerpo, nos proporciona importantes beneficios, entre los cuales se destacan la regeneración de las células de la piel, la absorción de la grasa, liberación de toxinas, exfoliante y antiséptico, entre otros.
La fangoterapia como terapéutica es muy antigua; las generaciones de hombres que vivieron cerca de las lagunas, los mares y los volcanes utilizaban sedimientos naturales con fines curativos.